Our Wedding Venue Story

Nuestra historia del lugar de la boda

El 13 de febrero de 2024, Ken y yo celebraremos nuestro noveno aniversario de bodas. ¡Es increíble cómo pasa el tiempo! Reflexionar sobre nuestro viaje juntos me llena de gratitud y alegría. Antes de casarnos, estaba extasiada con la idea de las bodas de destino. Ofrecieron un giro único a la ceremonia tradicional y ¿quién no disfrutaría de unas vacaciones con sus nupcias? Si viajar fuera un lenguaje de amor, definitivamente sería el mío, ¡jaja!

Al crecer, mi mamá nos inculcó a mis hermanos y a mí el amor por viajar. Ya fuera en avión o en crucero, siempre estábamos explorando nuevos lugares. Entonces, cuando Ken entró en mi vida, rápidamente conoció mi pasión por viajar. ¡No hace falta decir que quizás lo haya persuadido para que se embarcara en bastantes aventuras!

Cuando nos comprometimos, el sueño de la boda de destino se hizo realidad. ¡Convencer a Ken no fue tan difícil como esperaba, afortunadamente! La única preocupación era si nuestros seres queridos podrían unirse a nosotros. Pero era optimista de que todo encajaría.

Les pedí sugerencias de destinos a mis amigos y, después de mucha deliberación, nos decidimos por Puerto Rico. Estaba a 40 millas de St. Thomas USVI, no requería pasaportes y siempre me ha atraído su cultura y cocina. Luego vino la parte atrevida: decidí ser mi propia organizadora de bodas y reservé nuestro lugar, Hacienda Siesta Alegre , sin haber sido visto (si las fotos en línea no cuentan). Fue un acto de fe, pero estaba emocionado de hacerlo.

Mi hermana, sin embargo, tenía otros planes. Ella me convenció de asistir a un espectáculo nupcial en Puerto Rico para poner los ojos en el lugar y conectarme con los proveedores. En verdad, mi hermana mayor y yo hicimos las maletas y nos dirigimos a Puerto Rico. A medida que nos acercábamos al lugar, sentí una mezcla de emoción y aprensión. Pero cuando vi la Hacienda Siesta Alegre enclavada en el bosque tropical de El Yunque, mis preocupaciones se disiparon. Fue aún más impresionante en persona, lo que confirma que era el lugar perfecto para nuestro día especial.

Nuestra boda fue una celebración del amor y la cultura puertorriqueña. Queríamos que nuestros huéspedes experimentaran el espíritu vibrante de la isla, desde la comida hasta el entretenimiento. Nuestra experiencia es la razón por la que elegimos crear una vela inspirada en Puerto Rico: es un tributo a los increíbles lugareños que hicieron que nuestro día fuera inolvidable.

Si aún no ha visitado Puerto Rico, le recomiendo agregarlo a su lista de viajes pendientes. Es un destino lleno de belleza, calidez e infinitas posibilidades. Créeme, ¡no te arrepentirás!

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.